En el estudio del Dr. Clinton T. Rubin, de 2001, tras colocar pavos en una placa vibratoria todos los días durante 20 minutos, concluyó que la exposición a frecuencias de 20-50 Hz (1 Hz = 1 ciclo por segundo) mejoraba la densidad ósea y la morfología muscular, con lo que se podía inferir que estos dispositivos podían ayudar a mantener unos huesos sanos.

Chen et.al (1994) En el estudio con conejos”The effects of frequency of mechanical vibration on experimental fracture healing”, Zhonghua Wai Ke Za Zhi, encontraron que las frecuencias de 25 y 50 herzios promueven la resistencia ósea en un 20%, y estimulan tanto la curación de fracturas como la velocidad a la que se curan.

En 1983 Lundeberg publicó un estudio en el que la estimulación vibratoria entre 50-150 Hz palió el sufrimiento en 82% de las personas que sufrían de dolor agudo y crónico y la curación de tendones y músculos.

Se ha descubierto que la vibración de la pared del pecho a 100 Hz, disminuye disnea en pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, mientras están en reposo (Cristiano y Schwartzstein 1997;. Nakayama, et al, 1998; Sibuya, 1994).

Investigaciones sobre los gatos usando estas frecuencias en sus ronroneos

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